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Mi amiga Yani (tercera parte)
17/5/2018
A petición de ustedes y para evitar zapatazos, publico la tercera parte del inicio de esta historia.
Basada en hechos reales y su duración dependerá de ustedes. Yani es todo un libro abierto de lujuria y pasión.
Continúe el concierto de caricias sobre aquel cuerpo y aquella entrepierna, alternando entre el cabello, los muslos, los tobillos las caderas, la espalda y los senos, ella sin decir nada mantuvo los ojos cerrados, quizá imaginando un sin fin de manos tocando sus zonas erógenas. Poco a poco ella extendió su mano y busco mi cadera para acercarla hacia si, al tacto busco mi bragueta, bajo el cierre y escudriño mi intimidad haciendo que el pene saliera de su cautiverio, lo acaricio con suavidad y firmeza al mismo tiempo, provocando que la erección inminente, se manifestara en su máxima expresión, giro su cuerpo y busco con la boca sin soltarlo de su mano, lo metió entre sus labios y comenzó a succionar con la misma firmeza que apretaba con la mano.
Para corresponder aquel gesto, levante su vestido y recorrí su bikini para descubrir que el rubio de su cabello era tinte, pero que su sexo palpitaba de deseo como pidiendo que mi boca la besara con pasión desenfrenada. Así lo hice y succione su vagina y toda esa lubricación que emanaba cual fuente inagotable, termino en mi boca, con ayuda de mi mano separe los labios vaginales para dejar al descubierto el clítoris erecto que sobresalía, me enfoque en él, al mismo tiempo que metí los dedos índice y medio en forma de gancho, acariciando la pared frontal interna de su vagina, buscando estremecerla y corresponder aquel gesto de acercamiento y confianza que estaba teniendo conmigo.
Tras algunos minutos y ya con la temperatura corporal a todo lo que da, camine haca la orilla del escritorio, de lado que estaba su cadera y tome sus tobillos con mis manos para abrir sus piernas al vilo y penetrar su cuerpo con mi pene manteniendo sus piernas extendidas sujetas por mis manos, fue entonces que ella abrió los ojos como para mirar quien era el que osaba profanar su cuerpo y sonreírme, correspondí la sonrisa y embestí con fuerza, una y otra vez mientras ella ponía en practica su habilidad de succionar un pene con su vagina, con movimientos internos que dan la sensación de volar.
El día de mañana el final introductorio de las peripecias de mi amiga Yani
y
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Me ha gustado...siiii Me has puesto contento. Gracias por compartir