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Cómo mi sexy esposa me convirtió en un cornudo 👑 ♠️  

vixentjstag 45H/43M
7 entradas
26/3/2021 7:37 pm
Cómo mi sexy esposa me convirtió en un cornudo 👑 ♠️

-Desde el balcón de esa habitación escuchaba con claridad los gemidos de mi esposa siendo cogida por otro hombre justo en el cuarto de a un lado, los sonidos que ella emitía eran signos indiscutibles de que mi dama estaba disfrutando de la copula, y extrañamente yo también gozaba de tan erótica situación…-


Compartir sexualmente a tu esposa con otras personas es un extraño y morboso placer que no todos están dispuestos a experimentar ni todos llegan a disfrutar, pero para aquellas parejas que tienen una relación sólida basada en el amor y confianza y que gustan de expandir su vida sexual incluyendo a una tercera persona, puede resultar muy estimulante el llegar a hacerlo.

El escenario donde el amor de mi vida tenga relaciones sexuales con algún amigo mío o de ella, o un compañero del trabajo, algún conocido, o tal vez un tipo que contacto por las redes sociales, o hasta algún extraño que le haya gustado en un bar, es uno de los momentos más sensuales y seductores que pueda llegar a haber.

Ya habían transcurrido más de 8 meses de nuestra primera experiencia en un Menage a Trois que realizamos precisamente con un tipo que conocimos en un bar, cuando tuvimos de nuevo la oportunidad de invitar a otro caballero a nuestra cama, bueno, para ser más preciso fue en su cama, porque en esa ocasión, el acto sexual ocurrió en el departamento del corneador o bull. En esta aventura no ocurrió un trío como yo habría esperado, sino que fue nuestra primera experiencia del tipo cuckold/hotwife y mi papel en esa ocasión fue más del rol voyerista “cornudo” y tan solo me dedique a ver como otro hombre disfrutaba de los favores sexuales de mi linda esposa. Claro, siguiendo la idea o teoría de la “competencia de esperma” al llegar a nuestra cama me dedique a hacerle el amor a mi bella dama por el resto del día, ya que ella había sido fornicada por otro desde la madrugada hasta el amanecer.

Mi dulce esposa vio al que sería nuestro segundo invitado en el mismo bar donde conseguimos a nuestro primer corneador unos meses atrás, al igual que su primer amante, la apariencia de este caballero era con un ligero look del tipo hipster, solo que a diferencia de nuestro anterior bull, el nuevo chico era blanco y de cabello pelirrojo, con un ligero bigote y una pequeña barba, aunque su atuendo no era del todo hipster sino una mezcla con ciertos toques de rockero, con una cazadora de piel negra, pues luego nos enteramos que toca en una banda.

Esa noche yo no me percate de que mi esposa lo había estado observando, sencillamente porque cuando salimos mi dama tiene un espíritu de antropóloga y se la pasa viendo y analizando a las personas, el como se visten, se comportan y sus actitudes, aunque claro tampoco está haciendo un ensayo sobre eso, sino que también se divierte y baila cuando salimos, por eso le gusta salir. El caso fue que ya cuando nos íbamos del lugar me comentó de camino al estacionamiento

-Oye viste al muchacho de chamarra de rockero?

-No, ¿Por qué? Pregunté yo

-Es que me gustó- me dijo mi esposa, -creo que ya lo había visto antes-

La mire maliciosamente, -No, no lo vi- ¿Por dónde estaba? Ella me lo describió, pero de cualquier manera no logré ubicarlo entre los parroquianos del bar. Llegamos al carro y yo la dejé ahí para ir a pie a pagar el estacionamiento a la máquina, al regresar la encontré ocupada en su teléfono, le pregunté qué hacía y me contestó que estaba chateando con el tipo.

¿Qué tipo? Pregunté, el que estaba en el bar me dijo. ¿Cómo? Si, mi chica sexy me comentó que se le había hecho conocido de algún lado y se puso a revisar su facebook, y lo vio como sugerencia de persona que quizá conocía. Así que le empezó a enviar un mensaje y que le contesto.

-Amor, pasan de las tres de la mañana, ¿qué le estás escribiendo y seguro que es él?-

En respuesta me enseñó la foto de perfil de hombre que había estado viendo y me comentó que ella le preguntó si era él, el que estaba en tal bar, y que le respondió que si, pero que acaba de retirarse del lugar. Le comenté a mi Odalisca, oye y, ¿seguro que no lo conoces?, -Si, no lo conozco- lo que pasa es que es raro que le envíes mensajes a un tipo que no conoces a las tres de la mañana, argumenté. ¿Crees que lo tomé a mal? Me preguntó mi dama, le respondí que no, no dije que estuviera mal o fuera impropio, solo que si un poco extraño, pero te contesto normal, así que no creo que lo tomara mal, sentencie.

Pasaron una o dos semanas y cuando fuimos de vuelta a ese bar mi esposa le envió un mensaje a su ahora conocido de facebook, preguntándole si iría él esa noche a ese bar, y le contestó que si, que más tarde iría para allá. Ya para ese tiempo mi dulce dama lo había agregado a sus amistades de la red social, aunque no habían platicado mucho. El amigo llegó como a los 40 o 50 minutos, mi esposa le comentó que estábamos en el segundo piso y hacia allá se dirigió él, que había arribado con otros amigos pero ellos se quedaron en el primer piso. Llegó con nosotros, era la primera vez que mi esposa iba a platicar con él en persona, ella hizo las presentaciones y luego ellos dos empezaron a conversar, la verdad es que con el ruido de la música del bar yo no alcanzaba a escuchar lo que ellos decían, y casi se tenían que platicar al oído para hacerse escuchar. Por tal motivo me sentí un poco relegado, y más aun porque ella francamente le estaba coqueteando descaradamente, colocando una mano sobre la pierna de su “amigo”.


Estaba muy lejos de imaginar que una semana más tarde, el mismo tipo estaría fornicando a mi amada esposa justo frente a mis ojos. Pero no esa noche, ahí solo platicaron y coquetearon un poco, yo no estaba celoso, pero si un poco relegado y para ser sincero, no me gustaba que mi dama pareciera interesada en su amigo. Mi molestia se debía a que parecía que mi sexy esposa estuviera poniendo mucha atención sobre su amigo y no al revés. Aunque entiendo que él estuviera un poco receloso de mi, pues yo soy el esposo y aún no le habíamos propuesto un Menage a Trois y pues estábamos en un bar regular, no en club swinger. Así que era probable que el “amigo” estuviera respetando los “limites”.

Pero el destino nos tenía preparado algo, aunque esa noche no ocurrió nada, más tarde él se retiró del bar con sus amigos y después lo hicimos nosotros, sin embargo, la siguiente semana, cuando volvimos a salir quiso la fortuna que tuviéramos que coincidir con él en otro bar, el cual se encuentra en unas avenidas principales de la ciudad y con una temática de los 80s similar. Ahí, sin planearlo, nos lo encontramos, mi esposa fue la primera en verlo y me dijo: mira hay está el muchacho que me gusta con sus amigos. Le sugerí que fuéramos saludarlo, al llegar con ellos, él nos presentó a sus compañeros y nos quedamos conversando y tomando con ellos, mi esposa siguió con un coqueteo muy sutil (como ella sabe hacerlo) con su “amigo” y aprovecho unas 4 o 5 canciones que a ella le gustan para bailar con él.

Esa noche mi hetera vestía más casual, pero no por ello menos seductora, traía una blusa Y una chaqueta de piel con estoperoles, un pantalón de mezclilla roto y debajo de el medias de red que se veían por las roturas del pantalón, haciéndola lucir como una chica punk si le sumamos el pelo teñido de un azul con rubio que traía en esa ocasión y unos botines medianos que le levantaban más el trasero, haciéndola lucir muy sensual.

A mí sexxxy esposa le habría gustado besarse con él mientras bailaban, pero estaba rodeado de sus amistades y había que ser algo discretos, (ya después en otras ocasiones si lo ha hecho con él y otros “amigos y amigas”), pero tal vez el deseo prohibido haya hecho subir la tensión sexual entre ellos dos.

Ya cerca de las 3 de la mañana, estaban cerrando el bar, algunos de sus amigos ya se habían retirado y el que quedaba vivía muy cerca de ahí, y se irá caminando, por lo tanto nos ofrecimos darle un aventón a nuestro “amigo” hasta su departamento, subimos a nuestro carro y conduje por la ciudad hasta llegar al departamento de su amigo estaba relativamente cerca. Mi esposa se sentó en el asiento del copiloto y no se pasó a atrás a hacer “travesuras” con su amigo, como ocurrió en nuestro primer trío (y que sin ser norma pasa cuando llevamos en el coche a algún tercero)

Al llegar mi esposa le pidió permiso de utilizar el sanitario, no solo era el pretexto para entrar en su departamento, sino una verdadera necesidad por las cervezas tomadas en el bar, entramos pues los tres y en la sala vimos durmiendo en un sofá a otro tipo, nuestro amigo nos comentó que era un pariente que tenía algunos días quedándose a dormir en su casa. Mientras mi esposa usaba el sanitario, yo pensé que ya no pasaría nada porque otro hombre estaba medio dormido ahí y no pensé que mi dama se atrevería a tener sexo con su “amigo” estando un total extraño también presente. Pero mi dama que regularmente es muy tímida, también puede ser muy atrevida y esa madrugada cuando tuvo sexo con su amigo ella dejó la puerta de la recamara entreabierta, así que si el extraño se despertaba hubiera visto fácilmente a mi esposa siendo cogida por su pariente.

(Después, ya en casa le pregunté qué hubiera pasado si ese otro hombre se hubiera despertado y visto todo el espectáculo de la copula que ella hacia, me dijo que eso la hubiera excitado aún más… quise saber que más se hubiera atrevido a hacer y le pregunté y que tal si ese otro hombre hubiera entrado al cuarto a ver más de cerca, mi dulce esposa me comentó que no le hubiera importado… y que hasta hubiera estado dispuesta a también coger con ese extraño y su amigo mientras yo observaba como ella se revolcaba como una auténtica zorra con esos dos hombres. Mi esposa tiene muchas cualidades por la que la amo, pero su veta sexual es muy ardiente y excitante, y si bien nuestra relación no se basa solo en sexo, no me puedo quejar de tener una dama muy sensual y sexual)

Al salir mi esposa del sanitario hubo un pequeño silencio, ahí estábamos los tres sin decir nada, había en el aire un cierto ambiente sexual, pero nadie se atrevía a hacer o decir algo, empecé a platicar sobre el departamento del amigo para tener un poco de conversación, pero después de sus respuestas volvió ese silencio, un gato que tiene de mascota se acercó a los pies de mi esposa y ella lo empezó a acariciar diciendo: -que lindo gatito- pero como ni mi dama, ni nuestro amigo parecían que tomarían la iniciativa, decidí impulsar a qué mi esposa se atreviera un poco más y le dije: ¿seguro que solo quieres acariciar al gato? ¿No quieres acariciar algo más? Pregunté.

Mi dama entendió lo que quería, dejo de acariciar el gato, se levantó lentamente y me miró maliciosamente, luego empezó a acariciar el rostro de su amigo y acercó su voluptuoso cuerpo contra el de él, empezaron a besarse, al principio lento y suave, para luego ir subiendo la intensidad y pasión, tanto de besos como caricias, sus manos y bocas reconocían y exploraban sus cuerpos, yo a menos de un metro de distancia veía como otro hombre estaba disfrutando de mi esposa a su total disposición y como ella se dejaba llevar por la lujuria y respondía las atenciones de su amigo.

Los besos se hicieron más sonoros, largos y profundos, seguramente adentro de sus bocas las lenguas se estuvieran entrelazándose como peces atrapados en un red. Las manos de él bajaban hasta las nalgas de mi esposa y apretaban su trasero, luego subían para tocarle los senos, mientras ella lo abrazaba fuertemente y acariciaba su espalda por debajo de la chamarra de piel de él. Así por varios minutos, mientras que la temperatura de sus cuerpos iba en aumento y yo no perdía detalle de lo que ocurría frente a mis ojos, mi esposa desbordaba sensualidad de una manera natural en los brazos de otro hombre.

Pero la sala no era el lugar más propicio para continuar, era obvio que necesitaban un lecho en el cual recostarse para dar rienda suelta a su pasión. Frente a la sala había dos puertas, mi esposa le preguntó a su amigo cuál de ellas conducía a su recamara, él respondió que la primera a la derecha, mi esposa lo tomó de la mano y sin decir nada, como si ella fuera la anfitriona, lo condujo a la recamara, yo los seguí.

El cuarto era austero, una cama al ras del suelo, un cuadro colgado, una pequeña cajonera y una televisión empotrada en la pared, con unas ventanas y cortinas, algún instrumento musical en un rincón, mi esposa y su amigo se colocaron en la cama, ella encima de él y siguieron con su ritual de besos y caricias cada vez más intensas. Yo por mi parte me senté en un ligero cojín y seguía observando el espectáculo sin perderme detalle. Mi dulce esposa ya se había quitado la chamarra y también despojó de la suya a su amigo, desabrochando la camisa de este, se dedicaba a besar los pectorales de su amante, este recorría con sus manos el cuerpo de mi esposa.

La verdad era una situación llena de erotismo, ambos estaban disfrutando de las caricias del otro, la ropa fue cediendo poco a poco y pronto mi esposa quedó solo con su ropa interior y medias de red y el amigo solo con sus pantalones, ya desabrochados por mi dama pues sus manos ya se habían apoderado de esa zona para acariciar el pene de su amigo. Mi chica procedió a bajarle el pantalón a su amigo y luego de hacerlo se llevó la verga de este a su boca para realizarle una buena felación, toda la carne de él se desaparecía en la boca y garganta de mi amada, que estaba engolosinada con el pene de su amigo, sin duda mi dama estaba disfrutando de mamar una nueva verga, pues su atención estaba sobre de ella, saboreándola muy pausadamente, ver a mi esposa con la boca llena del pene de otro tipo es todo un hermoso espectáculo, un bello cuadro cargado de lujuria y sensualidad, mi dama se veía totalmente radiante y muy entusiasta en hacer una felación muy apasionada, alternaba la mamada con ejercer el vicio de Onán sobre el pene de su amante y mientras lo masturbaba con la mano, aprovechaba para llevar su boca y labios para apoderarse de los testículos de su amigo, succionándolos uno por uno o los dos al mismo tiempo, para luego volver a devorarle la verga erecta, tragándosela hasta llegar a la raíz del pene, disfrutando de cada centímetro de ese jugoso falo.


Yo totalmente hipnotizado viendo cómo mi linda y tímida esposa engullía con tanta pasión esa verga, haciendo que su dueño se estremeciera de placer, así ella estuvo muy ocupada saboreando el miembro, los testículos y el perineo de ese hombre unos 15 o 20 minutos, ya para ese entonces el brasier estaba en el suelo y sus senos se mostraban libres y eran acariciados ocasionalmente por su amigo. Mi chica sexxxy, volvió a montar a su amante para frotar su entrepierna sobre la verga de su amigo, ella ya mostraba el deseo prohibido de ser fornicada por ese hombre y mientras se balanceaba rítmicamente encima de él, le preguntó si tenía a la mano algún preservativo.

Cómo respuesta, su amigo abrió la pequeña cajonera y sacó un paquete de condones, mi dama tomó uno de ellos y lo abrió, se lo colocó en la boca y descendió para ponerlo sobre el pene de su amigo, deslizándolo y cubriendo con el látex al miembro erecto de su amante, como toda una meretriz profesional. Si consideramos que mi dama tiene un rostro muy inocente, la sorpresa de que ella realice tal acto es aún mayor para los invitados y sin duda muy agradable y placentera.


Yo seguía viendo el lujurioso espectáculo desde primera fila, para esas alturas estaba bastante erecto y duro, de mi pene brotaba el líquido preseminal y ya manchada mi pantalón, aún estaba totalmente vestido, pues como he acordado con mi amada, cuando incluimos a una tercera persona en nuestra vida sexual, permitimos que sea el invitado el que primero se deleite con mi esposa. Lo que no imaginaba yo, era que me quedaría vestido toda la madrugada, pues solo sería un testigo voyerista del goce sexual de mi amada con otro hombre.

En contraste mi dama ya estaba totalmente desnuda y se encontraba cabalgado rítmicamente a su amante, buscado con sus movimientos, el acople de sus cuerpos, olía a hembra en celo, y se veía como una amazona sobre el cuerpo de su amigo, su respiración empezaba a sonar agitada y el pene de su compañero le arrancaba uno que otro suspiro al frotar sus labios vaginales mientras se intentaba abrir camino hacia el interior de mi amada esposa.

Nuestro anfitrión agarró las nalgas de mi esposa, separandolas para facilitar la anhelada penetración y dándome una vista exclusiva de tan maravilloso espectáculo y observé claramente como ese trozo de carne se empezó a hundir en mi amada esposa, la cabeza del pene se deslizó en el interior de mi amada, ella gimió al sentirse como la abrían, en la siguiente estocada le entró más de la mitad de la verga y su gemido se transformó en un pequeño grito de placer, para el siguiente embate, ella quedó completamente empalada por su amante.


Los movimientos de mi amada eran muy rítmicos y naturales, parecía que su cuerpo había sido diseñado por los dioses del placer y de las transgresiones carnales, así pasaron algunos minutos en los que yo disfrutaba de ver a la madre de mis hijos fornicar salvajemente con otro hombre, pero a pesar de lo magnífica que resultaba en el arte de amar mi dulce esposa, su amigo, después de un rato no lograba mantener toda la fuerza que mi dama pedía.

Seguramente eso se debía a mi presencia voyerista, y es que no todos los caballeros pueden entender, ni disfrutar el sexo ante testigos, yo esperaba pues mi turno para unirme a mi esposa y su amigo en la diversión a una señal de mi amada, pero entonces ella me sorprendió al pedirme: -amor, ¿crees que puedas salirte del cuarto un rato?- me tarde un segundo en entender su petición, yo asumí que tendríamos un trío, pero ahora mi esposa me pedía que los dejar solos a ellos dos para disfrutar del acto sexual sin que yo los viera o importunara. Es decir me convertiría en un cuckold o cornudo y ni siquiera vería como otro caballero fornicaba con mi esposa.

A pesar de que no era mi plan para esa noche, pues yo tenía la idea de hacer un trío, accedí a la petición de mi dulce esposa, me retire del cuarto, dejando la puerta entre abierta, pero no iba a quedarme en la sala con el otro tipo dormido ahí, así que entre en el otro cuarto, que estaba lleno de diversos instrumentos musicales y daba a un balcón. Salí a este lugar a reflexionar un poco lo que estaba ocurriendo mientras me daba el sereno nocturno.

Desde el balcón de esa habitación escuchaba con claridad los gemidos de mi esposa siendo cogida por otro hombre justo en el cuarto de a un lado, los sonidos que ella emitía eran signos indiscutibles de que mi dama estaba disfrutando de la copula, y extrañamente yo también gozaba de tan erótica situación.

No podía ver cómo se la estaban tirando, pero si escuchar, bueno, todos los vecinos que estuvieran despiertos temprano podían hacerlo (serían como las 4:30 o 5 de la mañana) porque mi dama no se inhibida y sus gemidos y gritos de placer eran perfectamente audibles e identificables. La verdad, sonaba como si le estuvieran culeando muy rico, eso hacia que mi deseo e impaciencia de ver cómo ese tipo se cogía a mi dulce esposa aumentará cada minuto que transcurría, así que a lo sumo los debí dejar solos unos 10 minutos y volví a entrar al cuarto.

En retrospectiva actúe precipitadamente, debí permitir que mi dama gozará a solas con su amigo durante mucho más tiempo, (luego en otras “aventuras” ya no he cometido ese error, y mi esposa a tenido mucho más espacio a solas con algunos otros de nuestros invitados) pero aquella era mi primera ocasión como cuckold y tampoco estaba planeado.

Al entrar en la recámara me esperaba una imagen inolvidable, mi dama recostada boca arriba en el lecho, con las piernas totalmente abiertas y extendidas, recibía gustosa a su amigo, quien arrodillado en la orilla de la cama y casi encima de mi esposa la embestía con fuerza, la verga de su amigo desaparecía al hundirse totalmente en la vagina de mi dama, luego retrocedía y volvía a clavarse de nuevo en mi amada, haciendo que está se estremeciera al recibir el embate de su amante, no solo por sus gemidos y gritos de placer se admiraba el goce que ella disfrutaba, sino que la lubricación vaginal de mi esposa y la fricción de la verga que entraba y salía hacían que el pene de su amigo estuviera súper mojado y cubierto de una baba blanca que resbalaba por la raíz del pene hacia los testículos de él.

Después en la casa, mi esposa me confesó que siendo follada en esa posición, su amigo en uno de los embates erró de orificio y un pedazo de esa carne dura y tibia entró sorpresivamente por el culo de mi esposa. Fue un acto de sodomía no premeditado, ocurrió de manera accidental por la posición y empuje con fuerza que su amigo ejercía sobre ella, mi princesita soltó de su boca un ligero grito de dolor al sentirse penetrada analmente, ella cree que le entró casi media verga en sus entrañas de un golpe, al siguiente empujé, su amigo corrigió el rumbo y entró por la vagina. Mi esposa que en una situación normal, jamás permitiría que la penetraran primero por el ano y luego por la vagina sin que se cambiarán el preservativo, pero era tal su calentura que no le importó seguir cogiendo así con su amigo.

Quise tomar de nuevo mi sitio en el cojín para seguir disfrutando el espectáculo, pero el gato se había apoderado de el, y observaba atento lo que su amo hacía con mi dulce esposa, intenté moverlo, pero no cedió, por lo que me senté a su lado para que fuera mi testigo voyerista de ver a mi mujer ser culeada por otro tipo.

Pero mi esposa había tendido razón al pedirme que me saliera del cuarto, ya que mi presencia empezó a inhibir el desempeño sexual de su amigo que bajo el rendimiento en las atenciones sexuales a mi esposa, ya que su pene no permanecía lo suficientemente duro para que mi dama lo hubiera disfrutado como ella merecía. Es decir, no quiero que nos malentiendan, nuestro amigo intentó hacer lo mejor que pudo su papel y fornicó a mi esposa en posiciones muy excitantes dicho sea de paso, pero no lograba mantener dura su erección como cuando ellos estuvieron solos, ya luego hablando con él, nos confesó que realmente no se sentía del todo cómodo en esa situación, siendo observado por mi, mientras él se cogía a mi esposa.

En la actualidad él es un buen amigo de nosotros, y la veces que fornicó con mi dama (a los 3 meses hicimos un trío con él) siempre se mostró atento y respetuoso tanto con ella, como conmigo, inclusive después estuvo de novio con una amiga mía. Aunque ya no cogemos con él, aún salimos con el y sus amigos en ciertas ocasiones y mi esposa chatea seguido con él.

Por mi parte, yo si me corrí esa noche varias veces viendo a mi esposa coger muy rico con su amigo, era tal mi excitación, que ni siquiera tuve que tocarme para que eyaculara, sino que parecido a un bastó ver cómo mi dulce esposa se apareaba con otro hombre para que yo me viniera esa madrugada unas 3 veces.

Y es que comenté, ellos follaron en posiciones muy sugestivas y eróticas, por ejemplo mi dama se puso en cuatro puntos, de perrito, pero después de un rato de que su amigo la empezó a coger así, ella bajo con la cabeza y pechos para recargalos en la cama y levantó aún más su culo, se veía espectacular en esa pose y la penetración en ella era más profunda.

Luego se pusieron de cucharita, él detrás de mi esposa y ella quedando frente a mi, de esa manera yo podía apreciar cada vez que esa verga se hundía en la concha de mi señora y más porque para facilitar la penetración su amigo le levantó una de las piernas a mi mujer dejándome ver en todo su esplendor como se estaba clavando a mi sexxxy damita.

Alternaban el fornicio, con periodos de descanso, ya sea porque nuestro amigo se cansaba (es asmático) o porque su erección no era lo suficientemente dura (que no era problema de él, sino que no está acostumbrado a tener sexo con testigos simplemente, la siguiente vez que estuvimos con él su desempeño le provocó dos orgasmos y un squirt a mi esposa) Pero aún así, los tres pasamos un rato divertido y agradable, ellos dos cogiendo y yo observando el show.

Así pasaron un par de horas, dónde practicaron algunas otras posiciones en la cama, ya en ese entonces el la luz del sol entraba por las ventanas iluminado sus cuerpos desnudos y sudorosos recostados y abrazados, mientras el gato y yo estábamos de observadores, mi dama después de una noche de “excesos” se sintió un poco apenada de mostrar su desnudes y púdicamente se intentó cubrir, en cierta manera avergonzada de despertar al lado de otro hombre que no era su esposo mientras que este fue testigo de su copula con otro caballero.

Mi esposa es una mujer inteligente y hermosa, pero igual es compleja e indescifrable como una esfinge en algunos aspectos, mezcla de inocencia y malicia al unísono, por un lado había actuado como una auténtica perrita en celo mientras otro cabrón se la cogía ante mi presencia y al mismo tiempo se apenaba de despertar toda follada con otro hombre. De hecho se disculpó con él diciéndole tímidamente que le costaba mostrarse desnuda ante su mirada, así es de compleja y enigmática mi dulce esposa.

Nos vestimos y nos dispusimos a marchar, nuestro amigo se mostró atento, (también un poco sacado de onda por lo que había ocurrido, pero siempre muy respetuoso) nos despedimos y retornamos a nuestra casa. En el trayecto, yo miraba de reojo a mi esposa, aún no podía creer que se hubiera atrevido a tener una experiencia hotwife/bull/cuckold, la verdad me sorprendió (de grata manera) y ardía de deseo de llegar a casa a yacer con ella, tenía que cogerla después de que otro la folló por algunas horas. Quería ya meter mi pene dentro de su vagina recién jodida, seguramente llena de humedad provocada por el fornicio de otro. Ella me abrazó tiernamente en el camino.

Al llegar a la casa la folle primero como poseído, la clave duramente hasta que se corrió, luego, ya más calmado, le hice el amor de una forma más pausada y tierna, quería mi chica se sintiera amada y deseada al mismo tiempo, que no actuó mal por lo que habíamos hecho la noche anterior, que se trataba algo que los dos (o tres) queríamos y que la amo completamente.

Básicamente nos la pasamos en el lecho hasta la tarde, teniendo sexo y reposando, recordando lo que había ocurrido y platicando sobre ello. Mi esposa me preguntó si no excitaba a los hombres o porque no se les ponía la verga totalmente dura como a ella le gusta. Le dije que ella no era el problema, que era el nerviosismo de los invitados, afortunadamente nuestro amigo le envío un mensaje a las pocas horas después en el cual el se disculpó por no haber estado a la altura de la situación, mencionado lo atractiva y sensual que es mi esposa, eso le subió mucho el ánimo a mi mujer, pues supo en verdad que no era cuestión de ella, sino de lo imprevisto de la situación de llevar un tercero a la cama.

Así fue como tuvimos nuestra primera experiencia hotwife/cuckold, y aprendimos algo de ella, claro definitivamente soy del tipo más stag que cuckold, pero eso no significa que no pueda de disfrutar el magnífico espectáculo de ver a mi dulce esposa ser cogida por otro caballero (o escuchar sus gemidos y gritos de placer, según sea el caso)

Gracias por tomarse el tiempo de leer nuestra anécdota y no duden en escribir y comentar que les pareció. Las fotos del relato son solo ilustrativas y no son de nosotros, pues en esa ocasión no tome la “imagen de recuerdo”. Saludos

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